Al comunicarnos, solemos centrarnos únicamente en lo que queremos decir. Pero en este proceso, no estamos solos: hay un interlocutor que también tiene algo que expresar, muchas veces sin necesidad de palabras.
Orientación consciente de la escucha
Centrémonos en el proceso de escuchar. Parece sencillo, pero exige atención. Escuchar es una decisión consciente, es orientar la percepción de nuestro oído para captar y entender el mensaje del otro, incluso si no nos gusta, aunque lo sepamos ya, o no lo entendamos del todo. Escuchar sin juzgar nos orienta hacia la otra persona, en lugar de quedarnos centrados en nosotros mismos.
La mirada
A menudo pensamos que podemos escuchar mientras hacemos otra cosa, como mirar el celular o una tabla de Excel, pero no es así. Mirar a una persona a los ojos es fundamental: demuestra que le prestamos la atención que merece y nos permite interpretar sus expresiones y actitudes. Dedicarle la mirada es una forma de decirle «me importas», lo que hace que el interlocutor se sienta acogido y pueda expresarse con mayor confianza.
Consideración
Para lograr una comunicación de calidad, debemos otorgar a quien nos habla la máxima importancia. Su visión es única, sin importar quién sea. Mientras tenga la palabra, esa persona debe ser nuestra prioridad. Escuchar con respeto, estemos de acuerdo o no, es esencial para una buena relación.
Empatía
La empatía también es clave. Aquello que para nosotros parece insignificante, puede ser crucial para la otra persona. La empatía nos permite ir más allá de las palabras y acercarnos a lo que el otro siente. Entender que su sentimiento es tan válido como el nuestro nos permite reconocer aspectos ocultos: miedos, inseguridades, rabia o dolor.
Atención única
Para que la escucha sea verdaderamente efectiva, debemos hacerlo sin distracciones. Se trata de poner atención a lo que la persona expresa, no a lo que creemos que debería decir. Al dejar de elaborar un discurso mental que juzga cada palabra y al evitar ponernos a la defensiva, podremos entender mejor lo que esa persona intenta comunicarnos desde su propia perspectiva.
Una vez que la persona haya terminado, podemos validar lo que dijo. Esto no significa estar de acuerdo, sino simplemente demostrar que entendemos su punto de vista.
Hagamos un esfuerzo por escuchar más y hablar menos.