Quien se acerca a la oficina de José Antonio Iturriaga no ve una placa dorada con su nombre, sino un cartel colorido que dice: “Pepino. CEO de Grupo EFE”. En esta empresa, cada detalle suma en la construcción de la cultura organizacional, incluso normalizar el apodo del gerente general.
Desde un saludo propio hasta un programa de apoyo para excolaboradores jubilados, Grupo EFE destaca entre los holdings peruanos por sus prácticas innovadoras en gestión de personas. En la edición 2025 del ranking Great Place to Work, la compañía se ubicó en la quinta posición.
Con más de 5.000 colaboradores y 240 puntos de venta a nivel nacional, el consorcio opera a través de diversas cadenas como las tiendas de electrodomésticos EFE y La Curacao. Su lema es “Cumplir los sueños de nuestros clientes y colaboradores”: a los primeros les ofrece la cartera de productos, y a los segundos, experiencias y oportunidades de desarrollo.
En entrevista exclusiva con Sectoriales GDP, José Antonio Iturriaga, CEO del Grupo EFE, define así los pilares que sostienen la cultura organizacional de la compañía.
“Primero, tenemos una genuina preocupación por nuestros colaboradores, que se refleja en la comunicación constante, en apoyar sus objetivos personales y profesionales y en apostar por el crecimiento interno”, cuenta. Iturriaga señala que Grupo EFE ha llevado este compromiso al punto de enfocar el propósito del consorcio en los colaboradores. Por ello, afirma, los esfuerzos de la empresa se enfocan en su crecimiento y desarrollo.
¿Cómo EFE aterriza esta consigna? El holding definió un conjunto de valores como parte de su identidad: responsabilidad, experiencia, integridad y respeto (REIR). Para aplicarlos, cada trimestre los colaboradores votan por quienes consideran que mejor encarnan cada valor, y al término del periodo los elegidos reciben un reconocimiento público.
“Al cierre del año, incluso sumamos a estos colaboradores destacados en los viajes de fin de año de ventas. Entonces, los valores dejan de ser un tema cosmético para convertirse en parte del core de la empresa, al mismo nivel que las ventas y cobranzas”, añade el CEO.
Sin embargo, el ejecutivo reconoce que en una compañía con alcance nacional, 220 gerentes de tiendas y una estructura compleja con líderes regionales, alinear a todos los equipos bajo los mismos valores es un desafío titánico. Por ende, EFE ha implementado estrategias para que vendedores y gerentes vivan los valores REIR en su día a día dentro de las tiendas.
“Cuando una organización es grande y descentralizada hay que buscar símbolos que sean fáciles de recordar. Por eso, es común ver fotos de nuestros colaboradores armando la letra F con las manos. Se trata de un gesto que representa las siglas de la empresa: eficiencia, felicidad y ética”, dice Iturriaga.
El camino a la eficiencia
Los orígenes de la cultura actual del Grupo EFE se remontan, como en muchos casos, a la pandemia de la COVID-19. La transición del trabajo presencial al remoto y luego al híbrido levantó preguntas sobre cómo había cambiado la identidad de la empresa en ese periodo.
“Así que lanzamos una encuesta a nuestros 5.000 colaboradores y respondieron 3.500. La pregunta más importante fue: ¿Por qué te gusta trabajar en el Grupo EFE? Y la mayoría respondió que aquí podían lograr sus sueños. Fue un feedback que nos sorprendió y nos llevó a preguntarnos cuál debía ser nuestra responsabilidad en este camino”, comenta el CEO.
A partir de los resultados de esta encuesta, EFE definió su propósito y el eslogan que mantiene hasta hoy, una iniciativa que Iturriaga cree replicable en otras compañías. “Cuando hablamos de sueños, que puede sonar a cliché, no lo hacemos por inventar algo, sino porque fue lo que nos dijo nuestra propia gente”, explica.
Fue entonces que motivar a los trabajadores a compartir sus sueños se volvió prioridad. El nuevo enfoque también promovía un trato más horizontal entre líderes y equipos. De allí surgieron los “Desayunos con Pepino”, un encuentro mensual en el que el CEO se reúne con los trabajadores más destacados del mes anterior para conversar sobre sus sueños y aspiraciones. La cita se realiza a nivel nacional, por lo que los mejores colaboradores de provincias asisten de forma virtual.
“En el último desayuno que tuvimos, escuché a un trabajador que tiene un hijo que se fue a estudiar robótica a Europa gracias a una de nuestras becas. Imagina la satisfacción que sentirá ese vendedor ahora que su hijo será un profesional destacado”, reflexiona Iturriaga.
En paralelo, todos los colaboradores participan en una encuesta al inicio y al cierre del año: primero se les consulta cuáles son sus sueños para el nuevo periodo y, después, si alcanzaron las metas planteadas el anterior. Ante la pregunta sobre qué recomendaría a un líder para fomentar un trato más horizontal, Iturriaga responde:
“Creo que la clave es ser transparente, porque todavía existe mucho recelo y desconfianza. Conozco empresas donde los colaboradores ni siquiera saben si les va bien, mal o regular. Nosotros tratamos de ser transparentes: comunicamos las cosas buenas y las malas, lo que permite que comprendamos que todos cumplimos una responsabilidad y, por ende, se reducen los conflictos”.
Para impulsar la transparencia, el CEO reconoce la importancia de variar los canales de comunicación. destaca la necesidad de diversificar los canales de comunicación. Algunos colaboradores conocen sus mensajes a través de LinkedIn, mientras que otros lo hacen mediante el podcast “Modo Crecimiento”, un espacio donde los ejecutivos de la empresa comparten recomendaciones sobre liderazgo integral, políticas de diversidad, construcción de marca, entre otros temas.
Apuesta por el crecimiento
El aprendizaje de los colaboradores también apunta a experiencias personalizadas. Un ejemplo es la Universidad Corporativa de EFE, que impulsa la formación en habilidades operativas y blandas. Aunque Iturriaga admite que no cuentan con la infraestructura para construir una escuela interna, lo compensan mediante alianzas con plataformas de entrenamiento. Así, cada trabajador recibe una cartera de cursos: una parte definida por su área, otra por su jefe directo y el resto de libre elección.
“Entonces, el colaborador recibe parte del entrenamiento necesario para su trabajo, su jefe también aporta y, finalmente, él escoge el mejor complemento. Es una inversión que favorece al grupo, pero también a cada persona, porque son buenos cursos que les permiten desarrollar conocimientos para servir mañana en nuestra organización o afuera”, sostiene Iturriaga.
El apoyo a la educación también se refleja en el Bono a la Excelencia Escolar, que reconoce a los hijos de colaboradores con alto rendimiento académico. En marzo de este año, EFE entregó S/. 800 a más de 400 niños para la compra de útiles escolares. “Es muy satisfactorio para un niño ver que su esfuerzo sirvió para apoyar a sus padres”.
Finalmente, EFE ha puesto en valor a sus veteranos a través del programa “Leyendas Efexionales”, creado para homenajear a quienes han dedicado décadas a la compañía. Al jubilarse, cada colaborador recibe una ceremonia de reconocimiento frente a sus compañeros de área.
Después de su retiro, los jubilados reciben beneficios que les permiten seguir vinculados a la organización. Entre ellos figuran el acceso a un programa de asistencia al empleado, la opción de desempeñarse como vendedores libres y la participación en eventos corporativos a nivel nacional.
“A muchos vendedores que se jubilan les encanta mantener el vínculo a través del programa. Obviamente ya no están sujetos a horarios, pero siguen generando ingresos, se entretienen, ocupan su tiempo y aún forman parte del grupo”, destaca Iturriaga. De esta forma, la comunidad del Grupo EFE abarca desde el hijo del colaborador que logró comprar una laptop hasta el abuelo que enfrenta la vejez con una vida activa.