Se suele destacar a la universidad como el gran puente hacia la vida laboral, pero no debemos subestimar el rol de las prácticas preprofesionales. Son el primer espacio donde los conocimientos de las aulas se ponen a prueba, y donde el ensayo y error se vuelve una constante para facilitar la transición al empleo a tiempo completo.
Por eso, no basta cumplir con requisitos formales como el salario mínimo o la jornada de 30 horas formativas. Es necesario ofrecer objetivos claros, programas bien estructurados y oportunidades reales para iniciar una línea de carrera. Es un reto transversal que enfrentan tanto las empresas peruanas como las latinoamericanas.En este episodio de “Voces del Talento”, conversamos con Munira Halal, docente de marketing y directora de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez (Chile) sobre cómo repensar los programas de prácticas para responder a las expectativas de la Generación Z: jóvenes profesionales nacidos en el nuevo milenio.