En un mercado donde las decisiones de contratación se vuelven cada vez más estratégicas, la elección universitaria dejó de ser un trámite académico: es la primera decisión laboral. El Especial Pregrado 2025 —en alianza con Aurum Consultoría y Mercado— recoge la percepción de 300 ejecutivos de todo el país para trazar el mapa actual de la empleabilidad universitaria.
El estudio muestra una coincidencia contundente: la tecnología redefine el estándar. El análisis de datos (79%), el dominio del inglés (75.3%), la gestión de proyectos (65.7%), el manejo de inteligencia artificial (63%) y las herramientas avanzadas de TI (60.3%) encabezan la lista de habilidades técnicas más requeridas. Las universidades que aceleran la actualización de sus currículos y las empresas que invierten en reskilling logran acortar la brecha entre formación y demanda.
El diferencial más poderoso no está en la pantalla, sino en la conducta. La ética profesional se consolida como la habilidad blanda decisiva (66%), por encima del trabajo colaborativo y el pensamiento crítico. En un contexto de desconfianza institucional, la integridad se convierte en un valor competitivo: un criterio que se enseña, se mide y se gestiona tanto en las aulas como en las organizaciones.
El estudio también revela un hallazgo inesperado: el 59.7% de los líderes empresariales “no ha observado diferencias significativas” en el desempeño de egresados de universidades peruanas frente a los formados en el extranjero. Es una señal de confianza en la educación local y en la calidad de los programas que están alineando su oferta con los estándares internacionales.
Por familias de carreras, las preferencias de contratación dibujan un ecosistema diverso. Las universidades consolidadas conviven con instituciones emergentes y públicas que ganan terreno en nichos como ingeniería o tecnología. La vinculación temprana con empresas, a través de alianzas, prácticas y hackatones, se consolida como una vía eficaz para potenciar la empleabilidad y visibilidad del talento joven.
La lectura final es clara: las empresas buscan egresados con base técnica sólida, sentido de responsabilidad y capacidad para aprender rápido. Las universidades que logren combinar consistencia académica, investigación aplicada y conexión real con la industria marcarán la pauta en el futuro del empleo.